Windows 7 es el nombre seguramente provisional con el que han bautizado en Redmon
como sucesor del actual Windows Vista,
y el cual mostró su por ahora escaso potencial durante una charla en la Universidad de Illinois de la mano del encargado de diseño y
desarrollo de los sistemas operativos Windows, Eric Traut.
El desarrollador ejecutó lo que llamó “Mini Win” formado
únicamente por el kernel, sin interface gráfica y sin florituras ni añadidos.
Esto es, que ahora mismo ocupa 25MB de espacio y 40MB de RAM, y tardó 20
segundos en arrancar.
En la demostración se ejecutaron tareas
muy simples, pero se hizo una declaración de intenciones que no pintan nada
bien. La primera es que salta a la Vista (valga la redundancia) que el actual
sistema operativo de Microsoft es como una ballena con un problema de sobrepeso
mórbido, y que quieren poner a dieta
el Windows 7. Esto significa que le van a quitar muchas cosas, y ahora falta
saber qué le van a quitar que para todos los usuarios sea prescindible. El segundo punto oscuro es que el próximo sistema
operativo va a salir con toda la gama de versiones, con lo que implica el que
si quieres más, paga más, con todos los riesgos que eso comporta si lo
comparamos con el exitoso Windows Vista.